Columela, Plaza de las Flores |
De familia de buena posición en la Gades del siglo I, de joven se alistó en la legión para iniciar su carrera militar, algo casi indispensable si se quería optar a un cargo de alto funcionario en el futuro. Poco después fue destinado como tribuno a Siria, hasta que se asentó definitivamente en la Península Itálica donde desarrolló su obra literaria: "De re rustica" (sobre los trabajos en el campo) y "De arborius" (sobre los árboles). Fue muy amigo del filósofo cordobés Séneca.
Da su nombre al Instituto Columela, una de las instituciones de enseñanza con más solera de la ciudad, fundado en 1863. En Cádiz se le representa en la fuente que hay en la Plaza de la Flores, réplica de la escultura del ubriqueño José Fernández Guerrero, cuyo original, de finales del siglo XVIII, se encuentra, junto con la de Balbo el Menor, en el despacho de la alcaldía del ayuntamiento. Apoyado en un yugo y portando en la mano derecha una hoz (que se ha "parrtido"), se sitúa frente a la calle que también lleva su nombre. Con su lastimera mirada atisba, por encima de los puestos de flores, la pizarra del menú del bar de enfrente. Seguro, que si él pudiera, se bajaba y pedía un surtidito, bien despachao, de pescaito frito, por muy amante de los productos del campo que haya sido.