La Gades Romana

Acueducto en la Plaza Asdrubal
En época romana, Gades llegó a ser la segunda ciudad más grande del imperio.

Tras el desenlace de la Segunda Guerra Púnica, a finales del siglo III a.C., la ciudad de Gadir pasa de los Cartagineses, o sea los Púnicos, a manos de la República Romana que la denominarán Gades.

Julio César cuando tenía unos 30 años estuvo destinado en Gades como alto funcionario, y cuando llegó a la cúspide, en el año 49 a.C., le concedió a sus habitantes la ciudadanía romana. Es decir que además de gaditanos somos romanos. De hecho en el Coliseo de Roma tenemos unos asientos reservados en las gradas para los GADITANORUM.

De la estancia de César en Gades se recogen algunas anécdotas como la que en su primera noche soñó que poseía a su madre. -Qué fuerte, ¿no?- Advertido sobre que el primer sueño que se tiene en Gades es premonitorio, consultó por su significado, y le dijeron: "Estás destinado a tener tanto poder sobre los hombres que podrás someter a tu propia madre si lo ordenaras". Yo no se a ti, pero a mí me daría vergüenza contar un sueño como ese.

La ambición de César quedó patente cuando visitó la tumba de Hércules en el Herakleion, en la isla de Sancti Petri que pertenece al término municipal de San Fernando, y frente a la escultura de Alejandro Magno, que allí se encontraba, se puso a llorar lamentándose que aquel había conquistado todo un imperio con menos edad que él, mientras que él no había logrado aún nada destacable.

La Gades romana conservó su próspera actividad comercial durante los primeros siglos del imperio, llegando a ser, durante un corto periodo de tiempo, la segunda ciudad romana más poblada, llegando a alcanzar los 50.000 habitantes.

Nos queda como principales vestigios el Teatro Romano, la fábrica de salazones en el solar del antiguo Teatro Andalucía, restos de edificaciones en la Casa del Obispo y algunos tramos del acueducto tubular de piedra ostionera que traía el agua dulce desde el manantial de Tempul.

De Gades partía la Vía Augusta, calzada romana que conducía hasta Roma, como todos los caminos, siguiendo la costa levantina, coincidiendo en gran medida con la N-340, la carretera más larga de España que va desde Cádiz hasta Barcelona. También, enlazando con Híspalis (Sevilla), de Gades partía la Vía de la Plata que comunicaba la provincia Baetica con la Gallaecia, siendo la principal ruta del estaño, y hoy día uno de los caminos de peregrinación a Santiago de Compostela.

Aquí, en la Gades romana, nacieron importantes personajes como Columela que escribió un importante tratado de agricultura y cuya estatua es el romano que hay en la fuente de la Plaza de la Flores; Lucio Cornelio Balbo el Mayor, perteneciente a una adinerada familia de Gades y amigo de correrías de Julio Cesar, que llegó a ser el primer Cónsul de Roma nacido fuera de Italia, y su sobrino Lucio Cornelio Balbo el Menor, que ganó una gran fortuna como general del ejército. Ambos Balbos, tío y sobrino, fueron los promotores de las obras para la nueva Gades, la neapolis, a la que dotaron de su circo, su acueducto, su teatro y nuevos templos. Balbo el Menor es de la fuente que hay en la rotonda que enlaza el Paseo Marítimo con el Campo del Sur.

Esta nueva ciudad de Gades ocupó la zona de los actuales barrios de Santa María y del Pópulo, donde se encontrarían sus edificios más emblemáticos. Es donde entonces habitarían las clases más elitistas de la ciudad.

Por otro lado, el canal Bahía-Caleta, se cerró por acumulación de sedimentos, a la altura del barrio de la Viña, formándose la playa de la Caleta tal y como la conocemos hoy día, y que por su forma sirvió como anfiteatro para realizar naumaquias, como los enfrentamientos de gladiadores pero entre embarcaciones, recreando algunas batallas navales.

En la parte de Puerta Tierra, como ya ocurría en época fenicia y púnica, se encuentran diseminadas las necrópolis (ciudad de los muertos), que es el eufemismo que utilizan los arqueólogos para no llamarlos cementerios y evitar así  herir sensibilidades, que se les acusen de profanadores de tumbas y que surjan casos de poltergeist en los nuevos bloques de viviendas que se asientan sobre estos solares, como el que se encuentra en la calle General Ricardos cuyos bajos albergan unos columbarios romanos (pequeños nichos para albergar vasijas con cenizas funerarias).

De la importancia de Gades nos hablan los textos clásicos de la época imperial romana donde se la cita con frecuencia. En ellos destacan la presencia del santuario de Melkart-Hércules, o Heraklion, como tumba del héroe; también nos hablan de las lascivas bailarinas gaditanas que no podían faltar en ningún banquete romano que se preciara; y de la salsa Garum, realizada con desperdicios de pescados en descomposición que resultaba deliciosa para la época, pero que ahora sería repulsiva. Por lo menos a mí, y eso que yo no soy delicado para comer.

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