La Baja Edad Media Gaditana

Cádiz fue recuperando su primacía como puerto comercial con la llegada de familias de mercaderes extranjeros que se irán asentando en la ciudad.

La escasa nobleza local que se fue asentando en la ciudad tras la Reconquista, de tradición belicista y caballeresca, "alérgica" al  resto de los oficios, no supo sacar partido a la situación de Cádiz como puerto comercial, y fueron los burgueses extranjeros, sobre todo genoveses, con una mayor visión mercantilista, los que si la aprovecharon.

Aquellas familias de comerciantes extranjeros, con el propósito de lograr ventaja sobre la competencia por conquistar mejores mercados, mandaban a Cádiz a sus hijos segundones para que se instalasen y abrieran una sucursal de la empresa familiar, con su oficina y almacén, donde recepcionar y enviar las mercancías de los barcos que llegaban hasta la bahía desde los distintos puertos del norte de Europa y el Mediterráneo. A partir de entonces, Cádiz, se va perfilando como un núcleo de auténtica burguesía mercantil, cuya mentalidad, formación y gusto estético incidirá fuertemente en la configuración de la ciudad.

A mediados del siglo XV, la población ya había desbordado el perímetro de las murallas del Pópulo y se extendía por dos arrabales (barrios exteriores) que crecieron junto a las puertas Este (Arco de los Blanco) y Oeste (Arco de la Rosa). Uno en torno a la ermita de Santa María y el otro a la de Santiago, de las que tomarán sus nombres estos nuevos barrios. Este crecimiento de la población, y su expansión, motivó la creación de nuevos espacios como el de la Plaza de San Juan de Dios, para lo que se cegó por completo el canal Caleta-Bahía.

A finales del siglo XV, los Reyes Católicos crearon el Ducado de Cádiz cediendo el poder señorial de la ciudad a la familia Ponce de León. El último Duque de Cádiz fue el desdichado Alfonso de Borbón, título que le concedió Francisco Franco en 1972 cuando se casó con su nieta Carmencita Martínez Bordiú. Tras su fallecimiento en accidente de esquí, nadie ostenta actualmente el ducado y ahora mismo está en posesión de la Corona. Así que no pierdas la esperanza, si te lo propones y alcanzas el éxito y la gloria para España, puede que te concedan el título de Duque de Cádiz, o duquesa, según el caso.

Como todo el mundo sabe, el 12 de octubre de 1492, Cristobal Colón, corriendo el riesgo de destrozarse un juanete, clavó con impetu y alivio la bandera de Castilla en una playa de las Bahamas, como el que clava el palo de una sombrilla. Este gesto significó el "¡Descubrimiento de América!". Descubrimiento por parte de los europeos, que los nativos que allí ya habitaban, los mayas, los aztecas, los incas, los apaches, los siux, etc., ya lo conocían desde hacía más de 10.000 años. Incluso dicen que antes que Colón habían llegado los Vikingos, y mucho antes los Tartessos. Esto último no lo sabe todo el mundo.

Bueno, pues digamos que el descubrimiento del nuevo continente fue de trascendental importancia para el nuevo desarrollo de la economía gaditana. Su puerto participó desde los primeros momentos en las relaciones entre la península y América. Cristobal Colón en algunos de sus siguientes viajes, a lo que el creía las Indias, embarcó desde aquí.

La presencia gaditana en el comercio americano será desde entonces muy activa, aunque en principio el monopolio de las relaciones y los asuntos de las Indias se lo quedó Sevilla que fue la que mayor beneficio logró con el descubrimiento del Nuevo Mundo, y cuyo legado sigue explotando, acuérdate de la Expo'92 y de su "preciosa" mascota Curro.

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